Vivimos en un mundo cargado de responsabilidades: pagar el arriendo, pagar las cuotas de los créditos, los servicios, comprar la comida, cuidar a nuestros hijos o nuestras mascotas, etc.
Si chequeamos cuáles de esas responsabilidades implican destinar una cuota en moneda de nuestro presupuesto mensual, seguramente estarás pensando que el dinero es lo más importante en tu trabajo.
Y aunque el salario es la base de todos los demás beneficios y le da valor a la relación laboral, veremos que la concepción de felicidad en el trabajo ahora es mucho más amplia.
Pirámide de Maslow aplicada al trabajo
¿Culpar a la pandemia o agradecerle? Lo cierto es que la pandemia cambió el paradigma del trabajo en oficina de 8 horas diarias para ser un trabajador excepcional, y nos hizo más conscientes del balance vida-trabajo.
Las organizaciones por su parte, son también más conscientes del valor de la felicidad para alcanzar las metas. Así, se han creado squads y departamentos de Felicidad, los cuales dentro de sus objetivos tienen mantener niveles altos de felicidad en el trabajo con miras a atraer el talento adecuado para cumplir con la misión y visión de la compañía, y a su vez, garantizar la mejor experiencia del empleado con estrategias acordes al tamaño de la empresa, su rama, modalidad de trabajo, entre otros.
Si hablamos de dinero como un aspecto importante en la relación laboral, estamos dejando sentado su importancia también para lograr la autorrealización como seres humanos. Y al pensar en el concepto autorrealización, se nos viene a la mente la pirámide de Maslow, la cual hace mención a una teoría de la motivación en los seres humanos identificando cinco niveles de necesidades.
Tomando el mismo título de cada una de las necesidades identificadas por Maslow, se puede desarrollar y dibujar la misma pirámide aplicada al trabajo.

Es así como identificamos que hoy en día gracias a la flexibilidad laboral, el cuidado de la salud mental, y la medición de los índices de felicidad, el segundo nivel de la pirámide correspondiente a la estabilidad, la tranquilidad, y otros emocionales, es uno de los eslabones más preciados e incluso el que muchas empresas han comenzado a mirar de cerca y con detenimiento para prevenir males mayores.
Situaciones que nos hacen sentir infelices en el trabajo
Hay algunas situaciones que pueden hacernos sentir más o menos infelices en el trabajo, pero van a depender altamente de la cultura organizacional, de la industria en la que queramos implementarla, y de la flexibilidad y adaptabilidad que quieran impulsar los líderes. Mencionamos algunas de esas:
- Dormir poco: Cuando debemos trasladarnos a la oficina tenemos que tomar la previsión de levantarnos de la cama mucho antes de la hora de entrada para alistarnos, esto puede reducir el tiempo de descanso diario, que a medida que va disminuyendo nos genera mayor estrés y ansiedad.
- El tráfico: La sobrepoblación que existe en algunas ciudades del mundo y las insuficientes políticas gubernamentales para evitar el tráfico en las vías, son un factor terrible para resignarse a perder unas 2 o 4 horas en tráfico diarias cuando debes ir a la oficina o reunirte presencialmente.
- Burocracia: Sobre todo en empresas grandes, las estructuras organizativas verticales colaboran con procesos de toma de decisiones complejos y tardíos, lo cual desmotiva a los colaboradores a tomar la iniciativa y proponer mejores prácticas para lograr las metas planteadas.
- Metas poco claras: Divagar en los objetivos e incluso no saber establecer prioridades puede causar ansiedad o depresión en los colaboradores.
- Procedimientos y normas por encima de todo: Pequeñas empresas y startups nacen en la actualidad concebidas para pivotar desde el día uno de su creación, no se permiten encasillarse con una idea, ni mucho menos son radicales con procedimientos y normas en la organización, ya que entienden que para que exista felicidad en el trabajo, los colaboradores a nivel individual deben tener espacios para su felicidad.
¿Cómo medir la felicidad en el trabajo?
La felicidad en el trabajo puede ser gestionada y mejorada con herramientas internas o externas, algunas empresas deciden capacitar al personal haciendo énfasis en los líderes para incrementar los niveles de felicidad implementando prácticas diarias que permitan trabajar en armonía; otras prefieren contar con un grupo de asesores externos con experiencia en iniciativas de bienestar y felicidad organizacional para medir los niveles con mayor sinceridad y diseñar un plan de acción ajustado a la medida.
Lo primero es preocuparse, pero a sabiendas que la organización debe destinar recursos para encargarse de este tema y esto se traducirá en un cumplimiento con mayor solidez de los objetivos planteados.
La mejor manera de definir estándares de felicidad en tu organización será preguntarle a los colaboradores qué significa para ellos felicidad en el trabajo, y a partir del análisis de la información podrás conocer cómo se encuentran ellos: los que le dan vida a la empresa.
Una compañía donde se garantiza la formación continua, va un paso al frente para incrementar la felicidad, porque qué tal si a través de cursos puedes impulsar a tus colaboradores a que cuiden su salud mental, o que dediquen media hora diaria a hobbies como la lectura o la cocina; incluso darles la oportunidad de que desarrollen una habilidad en una plataforma de aprendizaje gratuita y que sean más eficientes en su trabajo les ahorrará tiempo para ser más creativos, ayudar a otros y trabajar en equipo, y sobrepasar el cumplimiento de metas planteadas.
¿Qué esperas para comenzar a medir la felicidad en el trabajo?