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Afganistán: ¿Un país sin derecho a la educación?

Educación en Afganistan

En Talento Upgrade creemos en la educación como puente para el desarrollo de nuestro potencial humano, al cual contribuimos desde la Tecnología Educativa, lamentablemente, aún existen realidades muy alejadas de este ideal, por lo que hemos decidido contribuir con la divulgación de la información de estas situaciones y sobre todo, cómo podemos aportar desde cualquier parte del mundo.

La educación es un derecho fundamental reconocido internacionalmente como aquel que le permite a los seres humanos adquirir conocimientos y alcanzar así una vida social plena. Hablar de este tema es pensar en el desarrollo económico, social y cultural de la sociedad. Sin embargo, continúa siendo inaccesible para miles de niños del mundo.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), en su artículo 26 manifiesta: “Toda persona tiene derecho a la educación.” Desde entonces, este derecho ha sido no solamente reconocido sino protegido por normas y acuerdos internacionales elaborados por las Naciones Unidas, entre ellos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y Convenciones como la relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza, y sobre los Derechos del Niño.

Todavía se niega este derecho a millones de personas en el mundo debido a la falta de recursos, o simplemente la falta de voluntad política. Hay países que no han proporcionado marcos legales, legislativos o administrativos para velar porque se ejerza el derecho a la educación. Incluso cuando nos referimos a grupos específicos se agudiza la situación, porque mujeres y niñas, personas con discapacidad, pueblos indígenas, refugiados, se ven afectados al no gozar plenamente de este derecho, quedando marginados en las políticas Estadales.

En los últimos días, uno de los países que ha tomado mayor atención ha sido Afganistán, en temas de educación es justamente una nación con mucha tarea pendiente, cuyo futuro se ve difuso ante los últimos acontecimientos.

En Afganistán, el conflicto armado también ha afectado la educación, se prohíbe la educación desde hace décadas. Sin embargo, la caída del régimen talibán permitió progresos significativos en términos de los derechos de la mujer y su educación. En 1999, no había una sola niña inscrita en escuela secundaria y sólo había 9.000 en primaria. La cifra ahora está alrededor de 3,5 millones que van a la escuela, y aproximadamente un tercio de estudiantes en universidades públicas y privadas son mujeres. Según UNICEF, la organización para los derechos de la niñez de la ONU, todavía hay más de 3,7 menores fuera de la escuela y 60% son niñas, principalmente debido al continuo conflicto y falta de instalaciones adecuadas y profesores.

Entre otros datos, la organización humanitaria Human Rights Watch indica que muy pocos talibanes permiten que las niñas asistan a la escuela después de la pubertad, por eso el futuro tan incierto con el control todo el territorio afgano. Y aunque la misma Unión Europea ha donado ayuda a Afganistán según el Acuerdo de Cooperación para la Asociación y el Desarrollo firmado en febrero del año 2017 describe la aplicación de la ley en materia de salud, educación, ciencia y tecnología. El reporte de esta organización sugiere que las niñas seguirán sin educación y estarán sujetas a las reglas y antojos que cada líder talibán determine.

Afganistán se encuentra nuevamente en un ciclo donde el progreso alcanzado hasta ahora se ve atacado por un conflicto político, esto se traduce en una población con menores herramientas para alcanzar un desarrollo económico, social y cultural, sobre todo cuando a la mitad de su población se le niega su derecho a la educación.

Inicialmente, documentarnos e investigar sobre el marco legal aplicable en cada uno de los países, ya que muchos se han ido adaptando luego de firmar acuerdos internacionales y de cooperación.

Segundo, hacer campaña por la aplicación plena del derecho a la educación, dejando como responsable al Estado. Desde la toma del régimen por parte de los talibanes, ya se han dejado ver protestas dentro del territorio de Afganistán por parte de mujeres dispuestas a luchar por no perder todo lo que han conseguido.

Tercero, apoyar desde cualquier parte del mundo, utilizando las redes sociales para sensibilizar a los organismos internacionales que hasta los momentos son cómplices de las continuas violaciones al derecho a la educación.

Que se escuche en todo el mundo: ¡la educación es un derecho humano, no un privilegio!